Durango, Dgo.
El mundo laboral en Durango y todo México enfrenta una creciente paradoja: mientras los colaboradores demuestran un compromiso excepcional con su trabajo, la falta de recuperación efectiva, las cargas de trabajo duplicadas y la gestión ineficiente están debilitando drásticamente su experiencia y bienestar laboral.
Un nuevo análisis, el estudio Factor Wellbeing 2025 , elaborado por el Instituto del Propósito y Bienestar Integral (IPBI) de Tecmilenio, revela que las personas están altamente comprometidas (con una calificación de 4.6/5) , pero son incapaces de desconectarse o recuperar energía fuera de la oficina. Este desequilibrio se refleja en el indicador más bajo del estudio: el equilibrio vida-trabajo, que se sitúa en solo 3.56 puntos.
A pesar de que el bienestar se ha consolidado en la agenda organizacional (el 95% de las empresas ofrece salud preventiva, 88% atención médica remota y 85% apoyo psicológico) , los indicadores de gestión de tareas muestran serios factores de riesgo (“red flags”):
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Aumento de actividades simultáneas.
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Responsabilidades que superan la capacidad operativa de la persona.
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Situaciones personales o emocionales asociadas al volumen de trabajo.
Estos resultados sugieren que el crecimiento de las responsabilidades no está siendo compensado con ajustes organizacionales para distribuir el trabajo de manera equitativa.
Rosalinda Ballesteros, Directora del IPBI, advierte que “La falta de recuperación impacta la confianza hacia el liderazgo. Cuando la fatiga se normaliza, cambia la percepción de la conducción del equipo”. Datos de Gallup refuerzan esto, indicando que los equipos con baja recuperación son 2.6 veces más propensos a ver disminuciones en el desempeño, incluso si reportan un alto compromiso.
El compromiso, sin embargo, se mantiene firme: el indicador “Estoy dispuesto(a) a dar mi máximo esfuerzo” también alcanza los 4.6 puntos. Iván Guerrero, Director de Factor Wellbeing, señala que esta dicotomía representa un desafío directo para los líderes.
“Los colaboradores siguen apostando por su trabajo y por la empresa. Pero la capacidad de escuchar, reconocer y acompañar necesita fortalecerse”.
El estudio subraya la claridad de rol como un elemento central para el bienestar. Un marco preciso de responsabilidades ayuda a evitar duplicidades y a reducir el desgaste. El descanso también se ha vuelto un punto crítico. Aunque el aumento de días de vacaciones mejoró la percepción de bienestar, la desconexión sigue siendo limitada, restringiendo una recuperación efectiva.
Para consolidar el bienestar, el reporte concluye que se requiere estructura: la mitad de las organizaciones cuenta con una persona responsable del tema y el 32% opera comités formales.
Iván Guerrero concluye que el reto para 2025 es imperativo: “Es necesario pasar de afirmar que cuidamos a las personas a demostrarlo con prácticas consistentes. El bienestar debe gestionarse con el mismo rigor que cualquier estrategia de negocio”.

