Hoy, 28 de diciembre, la Iglesia CatĂłlica conmemora el DĂa de los Santos Inocentes, una fecha que nace del dolor mĂĄs profundo: la muerte de los niños que fueron asesinados por orden del rey Herodes, tras el nacimiento de JesĂșs.
SegĂșn el Evangelio de San Mateo, Herodes, temeroso de perder su poder, mandĂł matar a todos los niños menores de dos años en BelĂ©n. Aquellos pequeños murieron sin comprender la crueldad del mundo, pero la Iglesia los reconoce como mĂĄrtires, porque dieron su vida en lugar de Cristo, aun sin saberlo.
Y hoy, ese significado cobra un sentido aĂșn mĂĄs profundo para miles de madres que han perdido a un hijo siendo bebĂ©, madres que tuvieron que despedirse demasiado pronto.
Un hijo no se olvida. No importa si viviĂł minutos, dĂas o meses. Una madre siempre lo reconoce como suyo.
