
Durango, Dgo. – Un emotivo momento se vivió este lunes en la sucursal de KFC ubicada sobre el bulevar Domingo Arrieta, cuando un cliente tuvo un noble gesto con un hombre y su pequeña hija que se encontraban vendiendo dulces en el lugar.
Según el testimonio de una persona presente, el señor y la niña ofrecían dulces a cambio de lo que la gente quisiera aportar, sin establecer precio alguno. Fue entonces cuando un cliente vestido de gris se les acercó y les preguntó:
—“Disculpe, amigo… ¿ya comieron?”
El padre, con evidente pena, respondió con sinceridad:
—“La verdad, no… pero no se preocupe.”
Ante esto, el hombre simplemente dijo:
—“Pide lo que quieras.”
La niña, emocionada, se dirigió al mostrador con una sonrisa radiante, reflejando la alegría que le causó ese inesperado acto de generosidad.
Este tipo de acciones, aunque simples, nos recuerdan que la empatía y la solidaridad pueden marcar una gran diferencia en la vida de quienes más lo necesitan.